5 minutos te separan de la muerte

Ese fue el punto donde sentí que me ahogaba. El mar caprichoso, no me soltaba, elevaba una ola, sobre la otra, las corrientes parecían haber danzado alrededor de mis piernas para sujetarlas. Estaba atrapada, pero ese no podía ser el final. Morir ahogada. No es sólo la desesperación de verte limitada por tus propias fuerzas, sino la impotencia de sentir como el aire de tus pulmones es reemplazado por agua y no cualquier agua, agua salada, agua pesada, agua que se siente sucia y que a su paso te ciega...

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